sábado, 16 de junio de 2012

RECOMENDACIONES PARA FOTOGRAFOS DE LA NATURALEZA

Nuevo decálogo de AEFONA
AEFONA  presenta  su  nuevo  decálogo,  que  resume  en  diez  puntos  básicos  y  genéricos  el código ético. Ha sido un trabajo realizado por la comisión de ética y conservación con el  fin de resumir y actualizar nuestros principios éticos. De esta forma, AEFONA pretende dar ejemplo y aconsejar a sus asociados sobre el posicionamiento de la asociación ante  temas de  interés común.
Han contribuido en la elaboración de este nuevo decálogo:
Carlos Javier Durá
Arístides M. Arrocha
Joaquín Martín de Oliva
Javier Puertas
Alfonso Lario
Francisco X. Solé
Carlos García
José Luis Ojeda
José B. Ruiz
Miembros del Comité de Conservación de AEFONA.
El Tratado de Lisboa, que entró en vigor el 1 de diciembre de 2009, ha introducido al más alto nivel  la obligación de poner en marcha políticas públicas  integrales de bienestar animal sobre la  base de  que  los  animales  (entre  ellos  los  animales salvajes)  son  «seres  sensibles» y  no meras cosas  (artículo  13 del Tratado de  Funcionamiento de  la UE). Esta  obligación afecta al Estado, a  las CCAA  y a  las  Entidades Locales.  También  les alcanza  la obligación  de  tomar esas de​ cisiones sobre  la base de  la denominada «ciencia aplicada del bienestar animal», que sigue siendo una desconocida en España para los principales sectores profesionales llamados precisamente a tener contacto cotidiano con animales.
El  respeto  por  la  naturaleza  debe  prevalecer  sobre  cualquier  actividad  desarrollada  en  el entorno  natural.  El  presente  código  ético  es  la  declaración  de  principios  básicos  para  la práctica de nuestra actividad que establece AEFONA con el fin de  instar a  todos sus socios y AEFONA seguidores a que lo asuman como un compromiso personal. Como miembros de la Asociación Española  de  Fotógrafos  de  Naturaleza  (AEFONA),  debemos  mantener  los  más  altos estándares  éticos  en  diversos  ámbitos  de  actuación,  con  el  ánimo  de  ser  un  ejemplo  de integridad y comportamiento, especialmente para las nuevas generaciones de fotógrafos.
1.          El  fotógrafo  de  la  naturaleza  debe  reflejar  fielmente  las  situaciones  naturales  y  evitar sufrimientos, perturbaciones o interferencias en el comportamiento de los seres vivos, teniendo como principal lema que la seguridad del sujeto debe primar sobre la obtención de una imagen.En el caso de fotografiar especies animales en cautividad, privadas temporalmente de libertad, manejadas o cultivadas, en caso de plantas, debe especificarlo.
2.     El conocimiento amortigua los impactos. El fotógrafo de naturaleza no solo debe aprenderlas  técnicas  necesarias,  sino  que  debiera  esforzarse  por  documentarse  y  conocer  el comportamiento,  biología  y  requerimientos  de  la  especie.  Buscar  el  apoyo  de  personas experimentadas y perfeccionarse en este conocimiento debiera ser vocación de  todo  fotógrafo de la naturaleza.
3.         Debemos  dar  ejemplo  con nuestras  actitudes.  El  fotógrafo  debe  obtener  los  permisos pertinentes, especialmente en el  caso de especies protegidas, y conocer  la normativa de  los espacios  naturales,  especialmente  en  las  áreas  protegidas  donde  se  desarrolle  nuestra actividad. Asimismo resulta recomendable colaborar con la guardería local.
4.          El  respeto  y  la  conservación  de  la  integridad  del  paisaje  y  su  valores  patrimoniales   (patrimonio arqueológico,  formaciones geológicas, elementos minerales, etc) debe prevalecer sobre la práctica de  la fotografía. Se evitará cualquier alteración o manipulación  irreversible. No debemos dejar ningún  tipo de  residuo en  la naturaleza. Las plantas  también  son seres vivos, que  merecen  toda  nuestra  consideración.  Siempre  es  mejor  apartar  o  sujetar  ramas,  que cortarlas  o  arrancarlas,  aunque  se  trate  de  especies  comunes.  La  vida  es  tan  valiosa  en especies  escasas como  en especies  comunes. La  ocultación de  escondites y  observatorios debe hacerse con ramas secas, balas de paja, materiales inorgánicos…
5.          Una perturbación  específica  a evitar  es  la excesiva  proximidad  al  sujeto, que  produce estrés,  intimidación, modificaciones  de  la  actividad y,  sobre  todo,  habituación a  la presencia humana. El uso de reclamos sonoros con cantos de aves está especialmente desaconsejado en  época  de  cría,  por  el  impacto  negativo  que  tiene  sobre  la  avifauna.  El  fotógrafo experimentado debe aprender a reconocer los indicios de estrés y evitarlos.
6.         Hay que prestar una especial atención en  las circunstancias en  las que  los seres vivos pueden  ser más  vulnerables,  como  en  época  de  nidificación,  de  muda  del  plumaje  o  ante condiciones meteorológicas desfavorables. Se desaconseja  la fotografía de aves en sus nidos.La  alteración  del  entorno  de  un  nido  y  la  presencia  visible  del  fotógrafo  o  su  equipo  puede llamar la atención de otras personas o depredadores sobre el sujeto y debe evitarse.
7.          No  es  aconsejable  alimentar  a  la  fauna  salvaje  para  la  realización  de  actividades fotográficas, ya  que puede crear  notables alteraciones  en  individuos y  poblaciones,  introducir enfermedades  y  ocasionar  accidentes  o  comportamientos  no  naturales.  El  uso  de  animales utilizados  como  cebos  vivos,  con  su  capacidad  de  escape  limitada,  es  una  práctica considerada como poco ética y que debe ser informada por el autor en la imagen.
8.        No es práctica  recomendable extraer ejemplares de su hábitat o  trasladarlos del  lugar o circunstancias  en  las  que  se  encuentren  para  tomar  imágenes  en  otro  lugar  despejado  o, incluso  en  estudio  o  terrario,  ya  que  se  produce  estrés,  se  pone  en  peligro  al  animal  y, además, no se documentan debidamente las circunstancias naturales en las que habita.
9.       Los centros especiales donde se mantienen especies animales en cautividad tienen una normativa  precisa  para  los  visitantes  que  debemos  conocer  y  cumplir.  Algunas  iniciativas priorizan  la  actividad  económica  sobre  su  inherente  función  educativa  o  el  bienestar  de  los animales; si acudimos a ellos estamos  fomentando su explotación. En el caso de seres vivos, el autor debe expresar  claramente en qué condiciones y contexto obtuvo  la  imagen y si ésta procede de animales en cautividad o con su libertad restringida en algún modo.
10.  La  postura  de  los  fotógrafos  de  naturaleza,  de  respeto  y  no  intromisión  en  cualquier manifestación de la naturaleza, ha de estar argumentada y debiera ser objeto de divulgación a través  de  nuestras  herramientas:  reportajes,  exposiciones,  audiovisuales...  Ante  cualquier infracción o  situación  indeseable,  incluidas  las actuaciones al margen de  la  legalidad vigente que pudieran realizar otros fotógrafos, debemos informar a las autoridades.
Estas son  nuestras  recomendaciones  genéricas para  nuestros asociados  y  la  postura oficial de AEFONA ante las cuestiones éticas de nuestro trabajo en la naturaleza.
TOMADO DE AEFONA Asociación española de fotógrafos de la naturaleza
Enviado por Ing. Daniel Macias de Bella Unión Uruguay  

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