Las alternativas para calefaccionar una casa durante el
invierno
En el mercado se ofrecen desde sistemas eléctricos, hasta
otros en base a kerosene, gas y pellets. Expertos
aseguran que una correcta
instalación es fundamental para abrigar un domicilio.
por Benjamín Blanco - Cuando se pronostican temperaturas
mínimas cercanas a los dos grados Celsius para la próxima semana, conocer las
mejores alternativas y sistemas para calefaccionar una vivienda es cada vez más
necesario. Esto, considerando el costo del artefacto y el gasto mensual del
combustible que se requiere.
En el mercado existen actualmente calderas que funcionan con
kerosene, con pellet o con gas; chimeneas con doble cámara y estufas con
tecnología infrarroja o eléctricas. Los precios fluctúan entre los $ 3.450.000
(lo que puede llegar a costar una estufa a pellet fabricada en Italia), hasta
los $ 199.000, que cuesta una chimenea doble cámara.
Sin embargo, a esto también se debe añadir el costo de
instalación, el cual dependerá del producto que se requiera.
Para una vivienda de 140 metros cuadrados, expertos aseguran
que lo más conveniente es instalar una caldera ubicada fuera de la casa, que
actúe de calefacción central y se conecte al resto de la vivienda, mediante
losa o suelo radiante o radiadores adosados a las paredes, cuyo costo bordea
los dos millones de pesos, dependiendo del tamaño de la vivienda.
Entre las cualidades que se destaca, la principal es que no
genera contaminación intradomiciliaria (como la provocada por estufas a
parafina), la temperatura es uniforme y el encendido funciona en forma
automática. Esto, independiente del sistema de combustión que utilice.
“La calefacción central es lo más apropiado, pero no es
común, debido al costo del equipo y de la instalación”, afirma Marcelo Mena,
director del Centro de Sustentabilidad de la U. Andrés Bello.
Andrés Baeza, de Anwo, empresa que comercializa calderas a
gas convencionales y a condensación (estas últimas también sirven para calentar
el agua), comenta que, si bien existe un mito que asegura que la calefacción
central es cara, lo principal es lograr sectorizar el calor en distintas
habitaciones. “Con al menos dos termostatos digitales programables se puede
obtener ahorros de hasta un 15%”, recalca.
Ubicación e instalación
Para Alfredo Iturriaga, profesor de la facultad de
arquitectura de la Universidad Mayor, lo más importante a la hora de elegir un
sistema es tener una casa bien aislada térmicamente.
“En los materiales más densos, como el hormigón o el metal,
es más fácil que se transmita la energía. Los que tienen más contenido de aire
o más porosos (peliestirenos o lanas minerales) permiten contener más el
calor”, afirma Iturriaga.
“Por lo mismo, es fundamental que el usuario sepa de qué
material está construida su casa, pues si éste es más denso, es conveniente
ubicar el núcleo de calor en un lugar más central y no alejado de las paredes”,
añade.
Además de lo anterior, Waldo Bustamante, profesor de la
Escuela de Arquitectura UC, aclara que es fundamental que la instalación de los
sistemas sea realizada por expertos. “No es tan relevante el tamaño de la casa
ni el tipo de sistema, sino cómo está instalado”, detalla: “Por
desconocimientos, porque quieren bajar los costos o porque no hay control de
los maestros, se instalan mal los sistemas”.
De hecho, la mayoría de las empresas consultadas cuentan con
instaladores capacitados por ellos mismos.
“Una instalación debe ser con un técnico de alta
capacitación para que no haya fugas de calor en la transmisión”, recalca
Bustamante.
Mejor sistema
Según Juan Carlos Larraín, gerente general de Bosca, el
sistema debiera depender del espacio que busque calefaccionar el usuario: “Para
toda una casa, una caldera de doble cámara o una estufa a pellet es
conveniente, pero si sólo se necesita calefaccionar una sala de estar o una
habitación, es conveniente una estufa eléctrica”.
Para Mena, las estufas eléctricas tienen un alto costo, pero
para utilizarlas dentro de una vivienda, es lo más limpio: “Esto, aunque las
emisiones de la matriz energética generan contaminación de CO2”.
“El gas licuado es una buena opción, balancea calidad de
aire interior y el costo operativo es relativamente bajo. Las estufas de
kerosenes son recomendables cuando utilicen un sistema que evacue los gases
fuera de la casa”, agrega.
Iturriaga, mientras, dice que ningún sistema es la panacea.
“El sistema de pellet tiene un gran potencial calórico, cercano al kerosene.
Ambos, bien ubicados, son los que tienen más potencial”, destaca.
TOMADO DE LA TERCERA NACIONAL POR SUGERENCIA DE BOLETÍN GAL
DE CHILE
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