Ser
responsables hoy es ser sostenibles mañana
Foto: Archivo
Particular
La
Responsabilidad Social Empresarial contemporánea se enfoca en el desarrollo
sostenible, visto desde todos los frentes empresariales, es decir, generar acciones
sociales y medioambientales eficaces, a partir de la innovación.
La frase: ser
responsable hoy es ser sostenible mañana, suena como un precepto o un mantra de
acción para los empresarios, consumidores, productores, comerciantes y el común
de la gente, pero debe tomarse más allá y ser entendida como un mensaje de
alerta.
Ya que si no se
cuida el medio ambiente y no se invierte en el desarrollo social, viéndolo como
una herramienta para alcanzar nuevas y perdurables relaciones comerciales, es
muy probable que esas empresas tiendan a perder relevancia frente a la
competencia y, en el peor de los casos, de-saparecer.
Como lo define
Mariana Escobar Uribe, gerente de Sostenibilidad y Relaciones con la Comunidad
del Citibank, “la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) hoy y hacia el
futuro es un tema de supervivencia, pues en la medida en que cada vez más
compañías entiendan que integrar asuntos y acciones que generen valor social y
ambiental es fundamental para asegurar su existencia en los años venideros, serán
más las empresas que lleguen a niveles diferentes de desarrollo”.
RESPETO
MEDIOAMBIENTAL, LA RESPUESTA
Si de definir el
hoy y el ahora de la RSE se trata, esta podría orientarse a un significado
natural, como la vida misma, y cuya realidad no puede ser otra que la
transformación de las empresas a producciones limpias y economías verdes.
Para Santiago
Madriñán de la Torre, director Ejecutivo de Cecodes (Consejo Empresarial
Colombiano para el Desarrollo Sostenible), la tendencia internacional de la RSE
“va claramente hacia el desarrollo sostenible, pues existe un hecho científico
y es que el planeta tiene límites y, si se sigue -progresando como hasta ahora-
pasando por encima de la naturaleza, habrá que afrontar crisis de energía, agua
y alimentos inmanejables”.
Ahora bien, en la
discusión de si las compañías deben seguir invirtiendo en temas tradicionales a
través de su RSE, como la salud, la educa-ción y la generación de oportunidades
de trabajo, las apuestas se inclinan hacia el sí, ya que son aspectos sensibles
para el crecimiento de las comunidades, indica Madriñán, al decir que estos
temas tocan transversalmente otros aspectos como el agua y la alimentación,
bases del futuro sostenible.
Para Nelson Díaz,
director del Grupo de Investigación en Responsabilidad Social de la Universidad
EAN, se requiere integrar a la acción en RSE un componente que, desde la
cátedra, trabaja con sus estudiantes: el ‘Valor compartido’, que, como dice,
“se refiere a la oportunidad para resolver problemas a partir de la innovación
y toma de conciencia social, ofreciendo a los estudiantes y sus empresas
posibilidades de prevenir los impactos y desarrollar iniciativas
autosostenibles en el tiempo”.
Cristina Gamboa,
directora Ejecutiva del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS),
cuyo foco de acción es orientar y concientizar a los diferentes actores de la
cadena industrial de la construcción, sostiene que las empresas de su segmento
son un ejemplo, ya que desde el 2008 se ha generado “un cambio cultural, que
nos ha puesto en el contexto internacional con respecto a la propuesta de
construcciones eficientes, amigables con el medio ambiente y realmente
sostenibles”.
Según Gamboa, son
más de 190 las firmas del sector que están aplicando prácticas de desarrollo
sostenible como una forma de hacer sus negocios “bien”, dentro de un escenario
que mira al futuro y la conservación de los recursos.
NUEVOS
ESCENARIOS
Temas como la
cultura, el deporte y la investigación son aspectos que se han ido posicionando
como atractivos frentes de inversión para las empresas, pues, como lo dice el
profesor Díaz, “la inversión en cultura y comunicaciones es inversión en
desarrollo sostenible humano y estos temas consumen menos recursos naturales y
su impacto siempre será menor”. Resulta importante decir que, cada empresa
tiene un impacto diferente en la sociedad y, así mismo, deben responder frente
al desarrollo ambiental, orientada desde su RSE, teniendo en cuenta las
necesidades propias de la población y la región en la que ejercen presencia.
Las estrategias de cada empresa generan beneficios sociales tangibles, por lo
que debe haber una interacción entre el negocio y la sociedad.
EL CAMINO ES
INNOVAR EN LO SOCIAL Y OBTENER PRODUCTIVIDAD LIMPIA
En uno de los
apartes del informe del Foro Económico Mundial del 2013, se puntualizan los
aspectos más álgidos que, en los próximos 10 años, pueden desatar las crisis
más contundentes si no se toman las medidas necesarias.
Entre ellos
figuran varios temas que tienen que ver con el funcionamiento industrial de las
empresas y el abuso de los recursos naturales.
Se habla de
crisis en el suministro de agua, la falta de medidas para adaptarse al cambio
climático, aumento en las emisiones de CO2 y una crisis de alimentos.
Precisamente,
Mariana Escobar, del Citibank, dice que cuando el banco tiene un cliente
potencial en el tema financiero, procura convertirse en un aliado estratégico
que ayuda a controlar los impactos ambientales y sociales que dicho negocio, en
el que se involucran al financiar, pueda generar en las comunidades.
Con ello se
asegura que las dinámicas de control, las políticas gubernamentales y los
tratados mundiales del tema estén ajustados y se respeten en un marco de acción
responsable.
Así las cosas, el
futuro de la RSE va en la búsqueda de un propósito social al nivel del negocio;
esto hace que todos los grupos de interés se focalicen e involucren durante
todo el ciclo de innovación.
Por ello,
Colombia pasa por un momento propicio en el tema de la RSE ya que viene
dinamizando este proceso en la región y anticipándose a proyectos e iniciativas
propias, ya sea desde el sector público y organizaciones no gubernamentales,
dice Nelson Díaz de la EAN.
Con esto, las
empresas se están ocupando de la sostenibilidad, que va de la mano con la
innovación social, en un principio real para implementar prácticas de gestión
sólidas y de planeación empresarial. “Este es el momento y la de transformar lo
que se viene haciendo”, pu
Astrid López
Arias
TOMADO DE
PORTAFOLIO DE COLOMBIA
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