RECLAMAN UN MARCO LEGAL PARA LAS SEMILLAS NATIVAS Y
CRIOLLAS
La Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la
Facultad de Agronomía de la UBA advirtió que estas variedades no están
adecuadamente contempladas en la actual Ley ni en el debate sobre una nueva
legislación, y son consideradas fundamentales para campesinos, pequeños
agricultores y el desarrollo autónomo del país.
La Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria (CaLiSA) de la
Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) reclamó el inicio de un nuevo debate
sobre la Ley de Semillas, que contemple a los materiales criollos y nativos y
los proteja como patrimonio genético y cultural de la Argentina, al considerar
que el marco legal en discusión ignora el proceso de selección realizado por
los pueblos indígenas, las comunidades campesinas y los pequeños agricultores.
"Consideramos que es necesario desarrollar alternativas
que fomenten el rescate, la conservación, el uso, el mejoramiento, la
multiplicación y el intercambio de semillas nativas y criollas en contextos
locales y comunitarios, fundamentales para la vida de los agricultores
familiares y campesinos", sostuvo Carlos Carballo, coordinador de la
CaLiSA, y añadió que la legislación de otros países, como Brasil, podría constituir
una buena referencia.
Carballo explicó que la Ley de Semillas (Nº 20247/73) está
vigente desde 1973, con el objetivo de proteger las variedades vegetales,
generar un marco para la comercialización y asegurar la calidad de las
semillas. Y advirtió que si bien su posible modificación generó un debate
inédito sobre un tema estructural para el agro y el desarrollo nacional, esa
discusión giró en torno del uso propio (que permite al productor volver a
sembrar sus granos cosechados en la campaña siguiente), y no tuvo en cuenta las
diferencias entre las semillas criollas y nativas (en manos de los
agricultores) respecto de las mejoradas (transgénicas, hibridas u otras
variedades protegidas por derechos de obtentor).
"Consideramos importante poner en discusión a las
semillas criollas y nativas como patrimonio genético y cultural, y su rol en la
construcción de la soberanía alimentaria", sostuvo Pablo Aristide,
integrante del equipo de la CaLiSa que analizó la legislación junto a docentes
y colaboradores de la FAUBA como Ana Broccoli, Felipe Boucau, Francisco Pescio
y Pablo Rush, referentes de otros organismos y organizaciones sociales. "Proponemos
debatir acerca de las semillas que tenemos, queremos y necesitamos para un
desarrollo nacional sustentable", agregó.
Por su parte, Carballo apuntó: "Queremos involucrarnos
en el debate acerca del rol de las semillas desde lo económico, social,
cultural y político, teniendo en cuenta que, a diferencia de lo que comienza a
suceder con el agua, la tierra y los desmontes, las problemáticas vinculadas
con las semillas muchas veces no son visibles para el conjunto de la sociedad y
son relegadas a unos pocos especialistas".
El coordinador de la Cátedra Libre también consideró que
existen otras iniciativas desarrolladas en la FUBA, en Ferias de Intercambio de
Semillas y en distintas redes y organizaciones sociales que deberían estar
integradas y sostenidas por políticas públicas de largo plazo, debido a la
importancia estratégica de estas variedades.
"El proceso de selección realizado en las
comunidades donde se siembran les permitió aumentar la tolerancia o resistencia
a plagas y enfermedades, con una mejor respuesta a eventos climáticos y
diferentes suelos. Garantizan rendimientos adecuados y estables, con una mínima
o nula incorporación de fertilizantes y plaguicidas, porque son sistemas de
producción diversificados", afirmó.
En las últimas décadas, el proceso de agriculturización que
se registró en la Argentina, y que derivó en el crecimiento exponencial de la
soja, también implicó una gran pérdida de biodiversidad, que incluye a las
semillas nativas y criollas: "Fueron reemplazadas por variedades
homogéneas, como las comerciales, que se implantan a gran escala. Ello también
supone una pérdida de autonomía de los agricultores (cuya capacidad de
negociación con los demás integrantes de la cadena agroalimentaria es cada vez
menor) y del país, cada vez más dependiente de insumos externos críticos para
la producción de alimentos ", concluyó.
Fuente: Prensa FAUBA
Tomado de envío de pregón
agropecuario de ar
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