Investigadores
coreanos desarrollan una tecnología que permite atenuar los sonidos sin impedir
el paso de las corrientes de aire
Foto Unas cámaras de resonancia plásticas agujereadas
consiguen que pase el aire y atenuar el sonido. Sang-Hoon Kim
Un equipo de
investigación de la Universidad Nacional Mokpo de Corea del Sur ha desarrollado
una tecnología con la que crear ventanas que dejan pasar el aire, pero son
capaces de bloquear los ruidos del exterior. Aseguran que podrá usarse
tanto en viviendas como para proteger a la fauna salvaje de la contaminación
acústica.
El sonido se
transmite a través de ondas de presión en el propio aire, por lo que parece
inevitable tener el uno si se quiere el otro. Pero estos investigadores han
dado con una manera de aprovechar la presión del sonido en su contra,
para atenuarlo. ¿Cómo? Con un material con un ‘módulo de compresibilidad
negativa’.
El módulo de
compresibilidad mide la resistencia de un material a ser comprimido. Es decir,
indica cuánta presión hay que ejercer sobre él para reducir su volumen. Cuando
este valor es negativo, por tanto, la presión hace que se haga más grande, y no
más pequeño.
Los
investigadores dieron con el diseño de una cámara de resonancia en la que las
ondas del sonido que entraban se oponían a la compresión que el mismo ruido
ejercía en el exterior. Consiguieron un material sólido con un módulo de
compresibilidad negativo, y con una gran capacidad de atenuar el sonido.
La cámara de
resonancia está formada por dos placas paralelas de plástico acrílico
separadas entre sí unos cuatro centímetros, y tiene esa capacidad de no
comprimirse ante la presión de las ondas de sonido.
Para aumentar la
eficiencia del sistema los investigadores hicieron un agujero en cada una de
las piezas. Este actúa como elemento de difracción del sonido, lo que
aumenta su capacidad de atenuación, así como el rango de frecuencias para el
que funciona.
El grupo de
científicos puso a prueba su material construyendo una ventana con varias de
estas piezas. Según sus pruebas consiguieron una atenuación de entre 20 y 35
decibelios en frecuencias entre los 700 y los 2.200 herzios. Es decir, no
afectan a todos los sonidos, ni los atenúan por completo, aunque la diferencia
es notable. Además, gracias a los agujeros para la difracción, consiguen este
efecto sin interrumpir el flujo de aire a través de la ventana.
Los investigadores
aseguran, además, que un cambio en el grosor de los agujeros puede ayudar a
cambiar el tipo de frecuencias a las que afecta su pantalla porosa anti ruidos.
Proponen, por ejemplo, crear una ventana que bloquee los ruidos del tráfico,
pero permita pasar el canto de los pájaros, o el ruido –y la brisa– del
mar.
tomado de el correo de País Vasco
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