Argentina: Hay más
de 7 pesos emitidos por cada dólar en el Banco Central
(Idesa) - El creciente déficit fiscal motoriza una fuerte
emisión monetaria que ha erosionado la credibilidad del peso. Frente a este
fenómeno, con la creación del CEDIN se aspira a imponer una moneda alternativa
que morigere la natural tendencia de la población a utilizar el dólar en
sustitución del peso. Pero las posibilidades de éxito son bajas, no por los
cuestionamientos de varios gobiernos provinciales, sino por la poca confianza
que genera el gobierno nacional. Las mismas razones que destruyeron el peso son
las que condicionan la viabilidad del CEDIN.
Los CEDIN están en funcionamiento. Las personas tienen la
posibilidad de llevar sus dólares no declarados a cualquier banco comercial y
cambiarlos por estos certificados. Los CEDIN pueden volver a ser convertidos a
dólares en la medida que su tenedor demuestre que ha realizado una obra o la
venta de un inmueble. El gobierno aspira a que el CEDIN sea una moneda
alternativa que contenga la natural tendencia de la gente a usar el dólar
frente a la degradación del peso a raíz de la alta y persistente inflación.
El CEDIN tendrá aceptación en la medida que exista confianza
de que su convertibilidad uno a uno con el dólar será respetada. Es decir, que
exista el convencimiento de que el gobierno no caerá en la tentación de emitir
CEDIN sin respaldo de dólares. Por eso resulta muy pertinente analizar el
comportamiento que viene teniendo el Banco Central en relación a la emisión de
pesos.
Tomando información oficial publicada por el propio Banco
Central correspondiente al mes de abril de cada año se observa que:
• En el año 2011 las reservas en el Banco Central eran U$S
52 mil millones mientras que los pesos emitidos eran $167 mil millones, o sea
que por cada dólar de reserva había emitidos prácticamente 3 pesos.
• En el año 2012 las reservas eran U$S 48 mil millones y los
pesos emitidos subieron a $223 mil millones, o sea que por cada dólar había
emitidos casi 5 pesos.
• En el año 2013 las reservas vuelven a disminuir a U$S 38
mil millones mientras que los pesos emitidos vuelven a subir a$287 mil
millones, o sea que por cada dólar de reserva hay emitidos más de 7 pesos.
Estos datos oficiales testimonian que la conducta del Banco
Central en los últimos años ha sido emitir pesos sin consideración al nivel de
reservas. El proceso ha sido tan intenso que le da sustento a un nivel de dólar
paralelo muy por encima de la cotización fijada para el dólar oficial. Estos
antecedentes alimentan el temor de que la suerte corrida por el peso también la
sufra el CEDIN. Es decir, que deje de ser convertible a dólares debido a que el
Banco Central lo emita sin respaldo de monedad extranjera.
El problema de fondo es que el déficit fiscal creciente
demanda emisión creciente. En la medida que no exista un plan serio para
encuadrar las cuentas públicas, el Banco Central seguirá siendo presionado para
emitir sin respaldo. La masiva emisión de pesos es el camino que se ha venido
utilizando de manera acelerada, a costa de potenciar el proceso inflacionario y
deteriorar las funcionalidades del peso como instrumento de ahorro y de medio
de cambio. Que el CEDIN corra igual suerte no parece una hipótesis descabellada
si el gobierno no da señales de morigerar al menos algunas de las vías por las
que se dilapidan fondos públicos; por ejemplo, los subsidios económicos.
La desconfianza se alimenta también por la sistemática
violación de reglas que se viene desplegando. En casos extremos se llegó a
hechos inéditos en la historia argentina y con pocos antecedentes en el mundo.
Entre los más relevantes aparece las manipulaciones de las estadísticas del
INDEC, la estatización de los ahorros previsionales, la apropiación de las
reservas del Banco Central, la estatización de empresas, la utilización del
Estado para aplicar abierta o veladamente amenazas, las presiones sobre la
justicia, la degradación del sistema federal a través del sometimiento de
gobiernos locales, y la masificación de subsidios discrecionales y poco
transparentes a empresas públicas y privadas.
Que la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe hayan
tomado la decisión de no adherir al “blanqueo” tiene incidencia muy limitada.
Su principal impacto es desviar la atención hacia cuestiones secundarias. El
fracaso del CEDIN no lo va a generar la decisión de estos gobiernos
provinciales sino la persistencia del déficit fiscal y la emisión no
controlada. Por eso, el tema de fondo que hace al éxito del CEDIN y a la
posibilidad de generar condiciones para un proceso sostenido de progreso
económico y social, es un drástico y profundo cambio en la forma de organizar y
gestionar el Estado.
Tomado de envío de así somos de Córdoba ar
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